Los constructores de la Alhambra

“Hubo un Renacimiento antes del Renacimiento”. Así comienza esta maravillosa película de Isabel Fernández.

En un formato muy original, entre película narrada en primera persona por su protagonista Ibn-al-Jatib y documental en el que intervienen los mejores expertos del Patronato de la Alhambra, la Universidad de Granada y la Escuela de Estudios Árabes del CSIC.

La directora y en parte también guionista, Isabel Fernández, ha seleccionado la época de máximo esplendor del periodo andalusí y a cuatro personajes claves de este periodo. Se trata de los sultanes Yusuf I y Mohammad V y  sus visires Ibn-al-Jatib e Ibn-Zamrak.

Basándose en las crónicas  de  Ibn al-Jatib que fue visir,  poeta, medico, arquitecto, astrónomo, filosofo…   la película nos permite descubrir la cara más humana y espiritual de la Alhambra a través de frases como “no hay ciencia sin espíritu” y “no hay edificio sin palabras”

Además nos recuerda que la Alhambra va más allá de un lugar cargado de belleza. Es el epicentro de un periodo donde coincide y se recopila el saber de la humanidad, se traduce y se hace llegar a todos los rincones de Europa.

La Alhambra se concibe en un periodo en el que los Andalusíes saben que su permanencia en Granada está llegando a su final y construyen está ciudad como legado a las generaciones venideras y para mostrar que su proyecto transciende y supera la mera belleza, el disfrute o el placer. El proyecto gira sobre la conexión entre el hombre y lo divino.

“La fortaleza de las palabras”

Hay muchas Alhambras dentro de la Alhambra.

A veces nos acercamos a ella desde la perspectiva  histórica, o la del arte, o de las  matemáticas. Pero la mejor manera de acercarse a la Alhambra es con el ánimo de entender lo que sus paredes nos  cuentan.

La epigrafía constituye el corazón que genera con su impulso el gran universo que constituye la Alhambra.

Las paredes de la Alhambra, repletas de epigrafía son el hilo conductor que nos cuentan que origina cada edificio, que nos conducen a través de bellísimos poemas hasta una cúpula que emula la bóveda celeste, que justifica la existencia del sultán y agradece constantemente a Dios el disfrute de todo lo que les ha proporcionado

Los sultanes constructores

 Yusuf I, sultan de la Alhambra en 1340 , sabe que el reino de Granada está condenado a desaparecer. Se embarca  en la construcción del Palacio de Comares y reúne para su construcción los mejores sabios del momento  que  trabajan dirigidos por Ibn-al-Jatib, para conseguir un palacio que nunca será olvidado y que sigue hablándonos de la gloria de ese momento.

A la muerte de Yusuf I toma el poder su hijo Muhammad V, el gran constructor al que le debemos una de las partes más icónicas de la Alhambra, el conocido como Patio de los Leones y cuyo nombre en árabe será “El jardín feliz”

“Pero si el padre ha pedido el cielo, el hijo quiere el paraíso”

Ibn-al-Jatib debe decidir entre continuar con el misticismo que inspiró la construcción de Comares ó bien unirse a las nuevas ideas que introduce Muhammad V.

Finalmente será Ibn-Zamrak, alumno de Ibn-al-Jatib, quien tomará su relevo y dotará de alma y cuerpo a esta última construcción.

La magia de la Alhambra

Siempre he sabido que la Alhambra tenía una magia especial y que tiene la fuerza de generar emociones desde el primer momento en que te acercas a ella. Pero va mucho más lejos ya que da igual cuantas veces la visites, cuantas veces escuches el murmullo del agua de sus fuentes, cuantas veces pises en el mismo lugar, siempre te va a generar emociones.

Es aquí donde comprobamos que la Alhambra se construyó para que el espíritu de los hombres que la concibieron transcendiera. Y esto es lo que la película ha sabido contarnos.

Dice la voz en off de Ibn al-Jatib al final de la película: “Siete siglos después, veo reflejo de nuestra luz que sigue cautiva entre estos muros.

Sácale todo el partido a  tu visita a la Alhambra y encuentra su magia en una de mis visitas, aquí tienes toda la información .